El Cultivo del Tabaco
1. Origen
El tabaco
pertenece a la especie botánica Nicotiana tabacum,
perteneciente a la familia de las Solanáceas, siendo su dotación
cromosómica de 24 pares de cromosomas. Se cree que esta especie
es un anfidiploide, es decir, un híbrido natural, originado
entre otras dos especies del mismo género: Nicotiana
tometosiformis y N. sylvestris.
El híbrido
entre ambas especies sería estéril y para reproducirse habría
sido necesaria la duplicación de sus cromosomas. Esto pudo
ocurrir de modo espontáneo en la naturaleza.
La planta de
tabaco llegó a Europa desde América, al igual que la patata o el
maíz. Tras ser condenada por la Inquisición, se puso de moda en
el siglo XVI, primero como planta ornamental y después por el
uso medicinal y lúdico de sus hojas secas.
2.
Características Botánicas
El tabaco es
una planta dicotiledónea y vivaz, que rebrota al cortarse. Suele
cultivarse como planta anual, aunque en los climas de origen
puede durar varios años, pudiendo alcanzar el tallo hasta dos
metros de altura.
-Hojas:
son lanceoladas, alternas, sentadas o pecioladas.
-Flores:
hermafroditas, frecuentemente regulares.
-Corola:
en forma de tubo más o menos hinchado, terminado por un limbo
con 5 lóbulos.
-Raíces:
el sistema radicular es penetrante, aunque la mayoría de las
raíces finas se encuentran en el horizonte más fértil.
-Fruto:
cápsula recubierta por un cáliz persistente, que se abre en su
vértice por dos valvas bíficas.
-Semillas:
son numerosas, pequeñas y con tegumentos de relieves sinuosos
más o menos acentuados.
3. Importancia
Económica y Ubicación Geográfica
La producción
y el comercio del tabaco a nivel mundial se basa
fundamentalmente en que las labores comerciales son una mezcla
de hojas de tabaco de diverso origen cuyas calidades vienen
determinadas por numerosos factores naturales o tecnológicos,
como:
-
Calidad de
la variedad.
-
Clima,
suelo y agua de riego.
-
Técnicas
de cultivo, abonado, etc.
-
Tecnología
de la transformación: curado, fermentación, almacenamiento,
etc.).
El tabaco es
un cultivo intensivo en mano de obra, ya que requiere por
término medio unas 2.200 horas de trabajo por hectárea, más que
cualquier otro tipo de cultivo.
En la
siguiente tabla se muestra la producción a nivel mundial en el
año 2001:
PAÍSES |
PRODUCCIÓN DE TABACO BRUTO AÑO 2001 (millones de
toneladas) |
China |
2.661.000 |
India |
610.000 |
Brasil |
565.317 |
Estados Unidos |
470.630 |
Indonesia |
147.000 |
Grecia |
130.000 |
Italia |
126.235 |
Argentina |
101.000 |
Japón |
62.000 |
Filipinas |
61.827 |
República de Corea |
60.000 |
México |
44.000 |
España |
43.000 |
Fuente: F.A.O.
4.
Requerimentos Edafoclimáticos
-Clima:
influye en la duración del ciclo vegetativo de las plantas, en
la calidad del producto y en el rendimiento de la cosecha.
Debido a que
el tabaco es originario de regiones tropicales, la planta vegeta
mejor y la cosecha es más temprana. Pero la principal área
geográfica del cultivo se extiende desde los 45º de latitud
Norte hasta los 30º de latitud Sur.
-Temperatura:
el periodo libre de heladas en combinación con las temperaturas
medias, máximas y mínimas son los principales datos a tener en
cuenta. La temperatura óptima del cultivo varía entre 18-28ºC.
Durante su fase de crecimiento en semillero, requieren
temperaturas superiores a los 16ºC, y desde el transplante hasta
la recolección se precisa un periodo libre de heladas de 90-100
días.
-Humedad:
el tabaco es muy sensible a la falta o exceso de humedad. Una
humedad elevada en el terreno produce un desarrollo pobre y, en
general, es preferible un déficit a una exceso de agua.
En regiones
secas la planta produce hojas poco elásticas y más ricas en
nicotina que en las regiones húmedas. La humedad ambiental tiene
una influencia importante sobre la finura de la hoja, aunque se
facilita la propagación de enfermedades criptogámicas.
-Suelo:
en general el tabaco prefiere las tierras francas tirando a
sueltas, profundas, que no se encharquen y que sean fértiles. El
pH más apropiado es de neutro a ligeramente ácido, para los
tabacos de hoja clara, y neutro o ligeramente alcalino para
tabacos de tipo oscuro. Además la textura de las tierras influye
sobre la calidad de la cosecha y el contenido nicotínico de las
hojas.
5.
Particularidades del Cultivo
5.1. Siembra en semillero.
El proceso de producción de tabaco
comienza en el semillero bajo dos sistemas: el 95% de las
plantas con cepellón y el 5% restante con el sistema tradicional
a raíz desnuda. En ambos casos la siembra comienza la segunda
semana de septiembre y termina en la tercera semana de
noviembre. A las seis semanas la planta alcanza 15 cm. de altura
y 5 mm. de espesor estando lista para ser trasplantada.
5.2. Preparación del terreno.
En otoño
es conveniente dar una labor profunda con la que se airea y
ablanda la tierra en la que se va a trasplantar el tabaco en la
primavera siguiente, cuyos objetivos son los siguientes: aportar
el abono, evitar la acumulación de humedad en la capa arable
durante el invierno y la eliminación de malas hierbas y larvas
de insectos.
En
primavera se recomienda dar una labor de grada poco
profunda, seguida de 2 o 3 pases cruzados superficiales con
rotovator, aprovechando para mezclar los abonos con la capa
superficial de la tierra.
En general las labores de cultivo
tienen tres objetivos: control de malas hierbas, hacer
caballones (para disminuir encharcamientos, lixiviación y
disminuir daños en raíces) y por último para lograr un
mullimiento que favorezca la penetración del agua y aire. En
muchos casos es necesario formar un caballón alto y ancho, sobre
el cual se realizará el trasplante, favoreciendo asimismo la
recolección mecánica.
5.3.
Trasplante.
El trasplante
se realiza con máquinas trasplantadoras de dos o más hileras.
Las pinzas de las trasplantadoras van recubiertas de un material
blando. El operario va colocando desde una bandeja las
respectivas plantas en las pinzas en posición invertida, con las
raíces al exterior y la parte aérea hacia el centro del disco.
Al girar el disco, son colocadas correctamente e inclinadas
ligeramente hacia atrás en un surco que va abriendo la máquina
al frente, encargándose las ruedas compresoras de que queden
derechas.
Estas ruedas compresoras van inclinadas a ambos lados del surco
detrás de la rueda trasplantadora realizando dos funciones, por
un lado comprimen la tierra sobre el surco que recibe la planta,
enderezándola y afirmando las raíces en el terreno, ayudando
también a la ascensión capilar del agua, y en segundo lugar
echan tierra suelta en la proximidad de la planta, lo que
facilita la entrada de aire. Una salida de agua vierte un
chorrito en el lugar y momento donde se coloca la planta.
La separación
entre las bandas de fertilizante debe ser de unos 12 cm. a cada
lado de la línea de plantas y su profundidad a algunos
centímetros por debajo de las raíces de las plantas al
transplantarlas.
5.4.
Abonado.
-Nitrógeno: la base
fundamental para obtener una buena cosecha es una buena
aportación de nitrógeno, pues este repercute directamente sobre
el metabolismo del tabaco, manifestándose por un incremento en
nicotina, nitratos y amoníaco en las hojas. Indirectamente su
acción influye en la asimilación de otros elementos, como el
potasio y el fósforo que disminuyen.
Los abonos nitrogenados más
empleados son la urea y el sulfato amónico, que deben aportarse
entre 20 y 30 días antes del trasplante.
-Fósforo: es el encargado de
acelerar el proceso de maduración de las hojas. Su exceso
produce hojas quebradizas y acartonadas y su deficiencia hace
que las hojas se vuelvan verde azuladas, pues aumenta la
proporción de clorofila. La mejor fuente de fósforo para el
tabaco son los superfosfatos, pues aumentan la acidez del suelo
sólo en el periodo inmediato que sigue a su aportación.
-Potasio: es un elemento muy
importante para la calidad de los tabacos. Las sales potásicas
que se encuentran en las hojas confieren al producto industrial
una magnífica capacidad de combustión. La deficiencia en potasio
se manifiesta en las hojas, pues estas presentan clorosis con
los bordes encorvados hacia dentro, tienen menos consistencia,
son más cortas y menos elásticas.
-Calcio: cuando se encuentra
en exceso, da lugar a una ceniza compacta que dificulta el paso
del aire al interior de los cigarros, dando lugar a una
combustión incompleta. En suelos con escasez de calcio se
suministrarán de 50-100 Kg de CaO por hectárea.
-Magnesio: un exceso de
magnesio da lugar a una ceniza porosa, suelta y de color claro
que mejora la combustión. En suelos con escasez de magnesio se
suministrarán de 50-100 kg de MgO por hectárea. Por tanto la
relación Ca/Mg en las hojas secas y fermentadas es de gran
importancia.
5.5. Riego.
El tabaco como
planta de gran desarrollo vegetativo y corto ciclo de
crecimiento es exigente tanto en agua como en elementos
nutritivos.
La planta de
tabaco en estado vegetativo viene a contener un 90% de su peso
en agua.
Una
deficiencia en el suministro del agua necesaria para la
plantación ocasiona una baja en el rendimiento y un producto
poco combustible y basto, y por tanto de escaso valor para la
industria.
Un exceso de agua perturba igualmente el crecimiento normal de
las plantas, cuyas hojas presentan un desarrollo excesivo de sus
nerviaciones y su fino tejido no resiste bien la fermentación.
Se ha
demostrado que un aporte de agua abundante disminuye el
contenido de nitrógeno proteico en las hojas y produce un
aumento en el contenido de potasio y disminuye los de calcio y
magnesio.
De forma general, después del riego de arraigue, suelen
aplicarse de 4 a 6 riegos. Desde el riego de arraigue hasta el
siguiente, deben dejarse pasar unos 15 a 20 días.
El riego por
aspersión mejora el aprovechamiento del agua y forma unas hojas
de tejido más fino y con menos proporción de venas que las
regadas por surcos.
5.6. Malas hierbas.
Las malas
hierbas compiten con las plantas de tabaco, perjudicando el
desarrollo del mismo, ya que por una parte sustraen parte de los
elementos nutritivos del suelo y por otra parte albergan
parásitos y enfermedades, facilitando su propagación a las
plantas de tabaco.
Los herbicidas
pueden aplicarse después del transplante, pero lo más frecuente
es que, según la clase de herbicida empleado, deba darse el
tratamiento después de trasplantar, para evitar daños a las
plantas de tabaco.
Contra
gramíneas anuales se recomienda el uso de Quizalofop etil
10%, presentado como concentrado emulsionable a una dosis de
1.25-1.75 l/ha.
Un programa
recomendado en el cultivo del tabaco contra malas hierbas sería
el siguiente:
-Primera
aplicación: aplicar Clomazona y/o Napropamida inmediatamente
después del trasplante en una banda de 40 cm. de anchura sobre
las plantas de tabaco.
-Segunda
aplicación: aplicar Piridato y/o Cletodim, cuando las
hierbas de hoja ancha y/o estrecha comienzan a verse después del
trasplante, en una banda de 40 cm. de anchura sobre las plantas
de tabaco.
-Tercera
aplicación: aplicar Aclonifen 34.4% + Oxadiargyl 10.3%
después de realizar la última labor de cultivo, aproximadamente
4-5 semanas después del trasplante, en una banda de 70 cm. de
ancho entre los surcos de tabaco.
5.7. Supresión de las
hojas.
Las dos o tres
hojas que se desarrollan en la parte más baja del tallo suelen
quedar vacías y deterioradas por el contacto con las aguas de
riego y con el suelo. Y a la hora de cosechar no van a dar
ningún rendimiento apreciable, pero si contribuyen para albergar
y alimentar parásitos y enfermedades. Por tanto resulta
conveniente suprimirlas y destruirlas en la primera parte del
ciclo vegetativo que sigue al trasplante.
5.8. Despunte y desbrote.
Cuando las
plantas están próximas a alcanzar su máximo desarrollo en altura
se inicia la formación de la inflorescencia en el extremo
superior del tallo, esta función reproductora tiene lugar a
expensas de la calidad y del rendimiento de sus hojas. Por tanto
se debe eliminar la inflorescencia mucho antes de la
recolección.
Con el
despunte se suprimen varias hojas que salen justo debajo de la
inflorescencia. De la altura a que se despunta depende el
rendimiento en peso y la calidad de la cosecha. Después del
despuntado la planta reacciona produciendo yemas o brotes
laterales.
Para evitar
que el desarrollo de los brotes florales laterales perjudique el
rendimiento de la cosecha, después de despuntar, se procederá a
la eliminación cuando se inicia su crecimiento o inhibir su
desarrollo.
Para despuntar mediante aplicación de productos químicos (como
la hidracida maleica u otros más complejos), se utilizan
pulverizadores con tres boquillas, una central y dos laterales
inclinadas 45º a unos 20-25 cm. de la parte superior de la
planta y a presiones relativamente bajas (1-1.7 bar), para que
haya un tamaño de gotas grande que escurran desde las hojas
superiores al tallo de la planta.
Al emplearse
una máquina despuntadora mecánica con equipo de tratamiento
simultáneo con desbrotadores químicos para cuatro hileras de
plantas, el rendimiento es 3.5-4 ha por hora y un solo operario,
comparado con 150 horas necesarias para un despunte manual
seguido de tres o cuatro desbrotes.
6.
Recolección
Cuando las hojas alcanzan su
madurez, su color cambia del verde al amarillo pálido con cierto
brillo, la hoja se vuelve quebradiza y comienza una madurez
progresiva que va de las hojas más bajas a las más altas. Los
hidratos de carbono y las sustancias nitrogenadas de las hojas
emigran hacia el tallo con distinta velocidad. Los compuestos
nitrogenados lo hacen con más rapidez que los hidratos de
carbono. Esto es importante desde el punto de vista de las
condiciones diferenciales para la obtención de distintos tipos
de tabaco, según la composición química requerida por la calidad
industrial. Una vez maduras las hojas la recolección se puede
realizar a mano o con máquinas especializadas, que además de
despojarlas de la tierra las colocan automáticamente en los
remolques para posteriormente pasarlas al secadero.
Cuando se realiza la recolección y el curado manualmente, se
dedica más trabajo que en cualquier otra fase de producción. En
la recolección manual se han diseñado carretillas que circulan
entre las hileras y también cintas trasportadoras desplazables
que funcionan con un motor hidráulico. Existen máquinas
auxiliares de la recolección que son autopropulsadas, donde el
recolectador va sentado mientras trabaja, recolectando las dos
hileras en las que recorre y mediante cintas transportadoras se
van cargando los contenedores.
Para la recolección mecanizada suele emplearse una cosechadora
autopropulsada de dos hileras. Esta realiza el repelado mediante
unas paletas de goma, que trabajan en sentido vertical de abajo
a arriba, consiguiendo una buena separación del producto. Las
hojas separadas se transportan mediante una banda al contenedor
elevado situado en la parte trasera de la máquina.
Bibliografía
Links relacionados:
El Cultivo del Tabaco (versión completa)http://www.infoagro.com/herbaceos/industriales/tabaco.htm
Características del Cultivo de Tabaco
http://www.compo.es/agricultura/cultivos/extensivos/tabaco/index.asp